Ésta es, entonces, la verdad esencial: en lo más profundo de nuestro ser estamos unidos a Dios, somos inseparables de Dios, y el descubrimiento de nuestra naturaleza celestial es el propósito más elevado de la vida. Ahora, hoy mismo, ya, somos tan divinos como jamás lo seremos. El largo camino de evolución, que según profetas y maestros, gurús y guías , estamos obligados a recorrer lentamente, con esfuerzo y dolor, no sería necesario si sólo escucháramos continuamente a esta verdad, si no la dejáramos escapar, si la hiciéramos parte nuestra en todas las dimensiones de nuestro ser – en pensamiento, sentimiento, fe y acción. |
Source: The Notebooks of Paul Brunton | | | |