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¿Dónde está el experto en la teoría y la práctica de la meditación más grande que el Buda? Su recomendación para aquellos que buscaban seriamente dominar esta actividad era establecer dos condiciones básicas: soledad por fuera y perseverancia por dentro.
4.4.2.3Escucha Dado que la meditación es una parte esencial de los ejercicios prácticos de la Busca Espiritual, una parte del día debe ser abocada a ella. No necesita ser una gran parte; puede ser un pequeño momento. La actitud con la que nos aproximamos a la meditación no debe tener el peso de la obligación sino el amor del entusiasmo. Tal vez tengamos que probar diferentes momentos del día para encontrar aquel momento que funciona mejor para nosotros. Esto, sin embargo, es solo para los principiantes y para los que están en la etapa intermedia, porque un día descubriremos que cualquier momento es adecuado para meditar, al igual que cada día es domingo para aquel que es cristiano de verdad.
4.4.2.35Escucha Desde tiempos inmemoriales, al aspirante místico siempre se lo ha instado a buscar un entorno en medio de la soledad y de las bellezas de la naturaleza para practicar sus ejercicios, donde nada lo perturbe y todo lo inspire.
4.4.2.81Escucha Cuando entro en la soledad de mi habitación, ya sea en un resplandeciente hotel de ciudad o en la polvorienta choza de un campesino, y cierro la puerta y me hundo en una silla o me acuclillo en el suelo, desprendiéndome de los pensamientos del mundo exterior para penetrar en el mundo interior, sé que estoy entrando en un estado sagrado.
4.4.2.109Escucha Puedes considerar con seguridad que has aprendido a meditar cuando la meditación se vuelve fácil y natural.
4.4.2.156Escucha De ningún modo es necesario adoptar posturas físicas insoportables ni molestarse tratando de mantenerlas. Cuanta menos atención uno le preste al propio cuerpo, mejor será el estado para lograr una buena práctica. Es absolutamente necesario obedecer una regla sencilla: mantener el cuerpo inmóvil y no mover las extremidades. Esta quietud física es a la vez el preludio y la preparación para la quietud mental. Cualquier posición en la que el practicante se sienta cómodo y permanezca inmóvil es una buena posición.
4.4.2.164Escucha El Yo Superior nos conduce hacia adentro, hacia Él. Pero, la naturaleza terrena del ego nos conduce de vuelta hacia todas esas cosas y actividades que nos mantienen ocupados afuera. El desenlace de esta lucha es decisivo para el resultado de la meditación. Si la devoción hacia el Yo Superior es suficientemente fuerte, podremos poner de lado cualquier otra cosa que estemos haciendo o pensando, y abandonarnos por momentos para descansar solo en Él —esto es lo mismo que negarse a sí mismo y a sus propias actividades. Una vez que el pequeño ego se aparta del camino, el éxito de alcanzar al Yo Superior está cerca.
4.4.2.277Escucha La meditación que no es acompañada de un profundo y cálido sentimiento de reverencia tomará más tiempo para alcanzar su meta, si es que alguna vez la alcanza.
4.4.2.282Escucha Se trata de retirar la atención por un breve momento del ego y fijarla amorosamente en el Yo Superior. Mientras el pensamiento habita en el ego solamente, permanece prisionero, sostenido por las limitaciones del pequeño ser, confinado en el estrecho círculo de los asuntos, intereses y problemas personales. El camino de liberación es mudar la atención. Pero el cambio necesita motivación, un empuje. Este viene del amor y de la fe combinados —amor, aspiración, nostalgia por el Yo Superior y fe en su presencia siempre viva en el interior.
4.4.2.287Escucha ¿Quién podría no tener éxito si comenzara a meditar con la actitud de continuar sentado en quietud, independientemente de cuánto tiempo tenga que esperar para sentir el contacto con el Yo Superior?
4.4.2.309Escucha Si nos parece que el período de meditación no ha sido fructífero, aun así, tengamos la seguridad de que no ha sido en vano. El hábito de sacrificarle una parte de cada día se ha mantenido. Es la recompensa por tal lealtad.
4.4.2.317Escucha El yo superior está ahí cada vez que te sientas a meditar, pero no debes dejar que la impaciencia te aleje de la posibilidad de darte cuenta de su presencia. El éxito puede necesitar tiempo, a menudo mucho tiempo; y debes aprender a esperar con paciencia en el Señor.
4.4.2.322Escucha Cuando este recogimiento diario se convierte en una parte agradable del programa que implica vivir, tan natural y necesaria, tan satisfactoria como cualquier otra necesidad humana, tarde o temprano, la meditación tendrá éxito.
4.4.2.323Escucha Mantener el hábito diario de la meditación a tal punto que lleguemos a amarla, este es el camino al éxito.
4.4.2.324Escucha Mucho depende de cuán profundo estés dispuesto a llegar dentro de ti mismo, de cuán lejos puedas llevar tu búsqueda mental para despertar una nueva consciencia. Ahí está, ahí está, aunque aún no la veas. No debes dejarla escapar, sino más bien exigirte al límite hasta quedar exhausto. La promesa es que no será en vano.
4.4.2.332Escucha El ego está tan ocupado consigo mismo que el tiempo de la meditación, que debería ser su vaciamiento gradual, no es más que otro campo para su propia actividad.
4.4.2.338Escucha Ya sea que nos arrodillemos para una plegaria de adoración o nos pongamos en cuclillas en meditación acerca de la verdad, nuestro rostro se vuelve en la dirección correcta, lejos del pequeño yo, y esto es de suma importancia.
4.4.2.342Escucha Quienquiera que anhele obtener los frutos de la meditación en el menor tiempo debe practicar con perseverancia y regularidad. Este consejo sonará muy trillado; pero, sucede que suele ser verdad en la experiencia de la mayoría de los estudiantes…
4.4.2.365,Escucha Debemos rendir homenaje al Yo Superior, y rendírselo diariamente...
4.4.2.391,Escucha Para tener éxito en la meditación, la práctica constante es más importante que cualquier otro factor individual.
4.4.2.404Escucha Siempre concluye tu meditación o termina tu oración con un pensamiento hacia los demás, como este: “Que todos los seres sean verdaderamente felices”.
4.4.2.413Escucha
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