Es a partir de un espléndido equilibrio entre una total humildad y una noble autoconfianza que el filósofo obtiene su sabiduría y su fuerza. El filósofo está siempre de rodillas, metafóricamente, ante el Divino en renuncia y entrega de sí e incluso con frecuencia en humilde oración. Aun así, lado a lado con esto, el filósofo está siempre buscando desarrollar y aplicar su propio intelecto e intuición, su propia voluntad y experiencia de vida…
Source: The Notebooks of Paul Brunton | • Escucha | | |